viernes, 1 de abril de 2016

Porque

No has enunciado todavía la pregunta
y ya tengo, preparadas en un cajón,
más de mil respuestas.

Porque llevo cuatro bics gastados
y sigo fracasando en el intento
de explicar lo que me pasa.

Porque eres la versión risueña
de un domingo pesimista por la tarde.
Porque juegas a ser rincón secreto,
sin gente y en silencio
sobre el suelo de Gran Vía
-y casi siempre terminamos en empate-.

Porque nadie como tú
ha conseguido trasnochar
sobre mis pecas.

Porque decirte que eres magia
es como insultarle al sol
etiquetándole como fuente
de calor cualquiera.

Porque eres brisa,
y cuando quieres, también,
eres tormenta.
El único mar abierto
donde no me importaría navegar
sin salvavidas.

Porque maldigo a la distancia,
desafío al sistema métrico
y le hago vudú con versos
a quién juega con tu tiempo.

Porque me asombro del pudor
que ignora tu espalda
cuando la recorro con mis dedos.

Porque me he convertido
en peregrino irreligioso de tus piernas,
sabiendo que el mejor albergue
se encuentra en lo alto de tu monte
y en sus cavernas.

Porque me han acusado de ser
el asesino de tus miedos.

Porque no hay verdad más absoluta
que decirte que te espero.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Siempre quiso ser abril

Participar en concursos tan bonitos como The Edgar Allan Poets te dan la oportunidad de conocer gente tan maravillosa y con tanto talento como Irene Nómada, ganadora de la primera edición de esta slam poética a través de las redes sociales.
Si encima te elige para hacer un poema conjunto, el reto se convierte en premio. Un premio que me llena el alma de orgullo y de cariño hacia Irene, que siempre te sorprende con su forma de ser... ¿Se puede ser más bonita?
El pasado 3 de Marzo pudimos leerlo en la Sala Libertad 8, dando comienzo a la gira "The Edgar Allan Roads".

Un millón de gracias a todos los que estuvisteis arropándonos con tanta ternura.

Esta gira nos llevará a varias ciudades de España, espero coincidir con vosotros, próximamente. Aquí las fechas:

– 26 de Marzo: GRANADA (La Tertulia) 21:30h
– 2 de Abril: VIGO (Café Teatro Vigo) 21:30h
– 16 de Abril: VALENCIA (Elvolander Café) 20:00h
– 23 de Abril: BARCELONA (Beirut 37) 18:00h
– 7 de Mayo: MÁLAGA (La Noria)
– 21 de Mayo: CÁDIZ (El Pelícano MúsiCafé) 21:30h
– 3 de Junio: BADAJOZ (Librería Cien Cañones)
– 4 de Junio: CÁCERES (Librería-café Psicopompo) 20:30h
– 11 de Junio: SEVILLA (Sala La Salá)
– Otras fechas por confirmar: ALICANTE (Sala Clan Cabaret), ORENSE, MURCIA, XÁTIVA y ZARAGOZA.

Gracias a Fernando de la Calle por hacer posible este sueño. Soy un tío muy afortunado, de verdad.


Siempre quiso ser abril

Desde aquel día, siempre vestía de otoño.
La suerte cambió sus vestidos de flores
por abrazos que nunca curaban el frío.
Por abrigos que sólo pesaban sobre su sombra cuarteada.

Saltaba de charco en charco
y le salpicaba en las piernas el miedo.
Las tormentas, que un día agitaron sus sueños,
robaban la calma perdida a un calendario atrasado.

Miraba las puestas de sol apagada(s)
porque con cada atardecer se alimentaba el rubor su mirada.
Buscaba en el hemisferio más cálido,
un fuego que no le quemara
y se cruzaba con sonrisas convertidas en cenizas.

Le crujieron las hojas en las pestañas
y se le rompieron los suspiros en el pecho.
Una sensación rasgaba el corazón de su rutina.
La sensación de las ramas que se estiran,
como los huesos bajo la piel de los que sueñan,
para alargarse un poco más en primavera.

Aunque ella sólo se sentía caer y caer,
movida por un viento que agitaba fuerte sus tormentos
y los hacía volar.

Volar alto... Pero sin rumbo.

Convirtiendo caricias perdidas en un huracán de recuerdos.
Recuerdos que quería olvidar,
dejándose llevar hasta donde llegase su (lo)cura.

Contaba las horas para el próximo solsticio de su suerte,
y vagando por las estepas de un invierno malhumorado
se imaginaba surcando un cielo estrellado de preguntas.

Sus trópicos, delineados por su cuello y sus caderas,
guardaban la plenitud de un octubre hecha mujer.
Se había cansado de querer con la latitud equivocada.
De ver marchitar margaritas por un "sí" que nunca llega...

Estaba harta de hacer crujir las hojas,
que se (des)armaban a su paso.
Recordándole una y otra vez
que no era de nadie, que estaba igual de rota.
Porque ella sí quería tener
algo a lo que aferrarse.

Irene Nómada y Diego Huacho


miércoles, 13 de enero de 2016

Cómplices

Detengámonos,
en medio del salón o de un colchón
con acento a madrugada.
Llevamos horas
investigándonos los cuerpos,
de reojo, tras la almohada.

Y acusémonos del delito
más antiguo de la historia:
Estafar con sentimientos
a un corazón ingenuo
y carente de recursos.

Interroguémonos con las manos,
mientras tomo declaración
a una lengua mentirosa,
que no se cansa de encubrir
a su cómplice de cama.

Prometo ser tu poli bueno
y cuando quieras, también,
el poli menos malo.
Que sirvan de coartada las huellas
de tus labios en mi espalda.

Cachéame el alma desde dentro.
Y si encuentras su recuerdo
escondido en un bolsillo,
entiende mis excusas,
también sufro de vicios.

Llevamos en el cuerpo
al enemigo número uno del invierno.
Y acoges en las piernas
un botín con los mejores cerezos
que la primavera se guardaba.

Se nos acusa de querer saltar
sin licencia para el vuelo.
De resistirnos a la autoridad
de una abusiva despedida,
sin otra consigna que tus besos.

. Apropiación indebida de suspiros.
. Secuestros de domingos bajo mantas.
. Vandalismo callejero de caricias.
. Amenazas contra una soledad que nos maltrata.
. Malversación de versos no inspirados.
. Usurpación de piel en la penumbra concentrada.
. Contrabando de "te quieros" en el patio de un convento.
. Caza furtiva de atardeceres en tus bragas.

Se nos acusa de plagiar
el brillo de la luna con tu risa.
De exceder el límite establecido
para los sueños, en una carretera
secundaria de mentiras.

Se nos acusa de todo esto.
De ser el nexo desde tu todo
hasta el punto de partida de mi nada.
Los responsables de un butrón
por cicatrices que creíamos ya cerradas.



Fotografía: Sima García
Modelo: Lucía García

(Un mar de gracias a las dos)

Poema correspondiente al Reto 3 - "Pieles encadenadas" del concurso The Edgar Allan Poets.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

A ti te debo

A ti te debo...


¿El qué? te preguntarás.

Mientras empiezas a construir
esa puta media sonrisa en la cara.

Pues empieza a desmontarla, que ya no cuela.


A ti te debo el sabor a tabaco
de la última vez que otros labios me besaron.

Te debo el aprender a gritar en silencio
desde el acantilado de un mar de bochorno e impotencia.

Te debo las veces que mentí,
fingiendo que vivía una realidad que creía paralela.

Te debo el temor a la verdad,
el pánico al quizás y la alergia al puede ser.

Te debo las veces que manché el suelo
con las huellas de mi peor versión.
Esa, con la que sólo compartíamos el nombre.

Un nombre que guardaba mucho de ser,
pero cada vez menos de hombre.

Te debo las calles vacías,
el alivio de encontrar paz entre el agobio de la gente.

Te debo los tragos amargos de cerveza,
el mirarme al espejo y conformarme con una sombra.
La que sea.

Te debo la sal, que cada mes de diciembre
vuelve a escocer -aunque ahora menos-.

Te debo tu locura guardada en una caja
donde he escrito "No abrir, ni en caso de emergencia".

Te debo el educarme a querer(me) como no debía hacerlo.


Te debo tantas cosas, que al final
saldo mi deuda con estos versos.

martes, 15 de diciembre de 2015

Lo noto

Me despierto.

Te veo a mi lado.

Y sin esperar al reinicio de mi cuerpo
me pellizco el brazo.

Lo noto,
me duele,
sonrío...

Y es entonces cuando, por fin, puedo descansar...


sábado, 3 de octubre de 2015

El reino de María

María se despierta cada noche preocupada por su reino.
Es la menor de tres hermanos
y heredera de un castillo con deudas
donde duerme su legión.

María nunca fue princesa,
ni monárquica, ni republicana.
Sólo cree en su patria,
a la que cuida con mimo y protege con furia
desde que su rey partió.

María es la única reina que madruga,
la única reina en el mundo
que va en metro a trabajar.
No entiende de protocolos,
ni de normas,
sólo de saber estar.

Tiene dos príncipes y una princesa,
porque su amor nunca supo distinguir
entre líneas sucesorias.

María no tiene caballos, ni Mercedes,
sólo una perra mestiza de tres años
y un Seat Ibiza del 89.

No le hace falta un escolta que le acompañe al mercadillo,
donde cada jueves le regatea con arte
a una gitana.

María se despierta cada noche agitada,
preocupada por su reino.

Mensajeros de otras casas,
más poderosas,
le recuerdan con misivas
que el volar sí tiene precio.

Ricos mercaderes y mecenas,
que hipotecan nuestras penas
al mejor postor.

Y María llora en la cocina,
mientras su princesa le coge de la mano
sin comprender su pesadilla.

María le miente a su princesa,
mientras le acaricia el pelo
y le peina su tristeza.

No le dedica ni un segundo a la idea de abdicar;
tiene una misión pendiente,
con seis, siete y nueve años de edad.

María disimula a diario limpiando su palacio,
haciendo banquetes con sopas de sobre
y riendo con los bufones de la tele.

Su mente desconecta cada mañana
cuando deja a sus cachorros en la puerta del colegio,
junto a tantas otras reinas,
de otras lenguas,
de otros reinos.

María siempre vivió por encima de sus posibilidades,
porque ella siempre supo hacer hasta lo imposible por sobrevivir.
No entiende que la quieran destronar de su castillo,
para ella no inventaron los dorados exilios.

Desde su balcón de tres metros cuadrados,
espera resignada a los guardias armados del sistema.
Mercenarios de un reino hipócrita,
vacío, como sus mentes.
María nunca tuvo claro a quiénes atacan,
ni a quiénes defienden.

Su única soldado, su perra mestiza,
entona en la puerta canciones de guerra contra el invasor.
La reina que nunca se esconde,
ahora abraza a sus niños
que lloran en la habitación.

María cierra los ojos,
escucha los latidos de sus críos
como tambores en plena batalla;
entiende que llega la hora de construir,
desde la nada, otra muralla.

Sus príncipes maman ahora la injusticia medieval del siglo XXI,
sabiendo que llegará el día
en que sus reinos por fín
se harán uno.