domingo, 19 de julio de 2015

Requisitos mínimos

No necesitas ser cantante para tararearle su tema favorito al oído,
ni necesitas ser poeta para recitarle el "te quiero" mejor versado.
No necesitas ser filósofo para razonar la paradoja de un "sólo como amigos",
tampoco psicólogo para prescribir los abrazos más antidepresivos del mercado.

No necesitas ser actor para protagonizar todos sus sueños cada noche,
ni necesitas ser arquitecto para apuntalar sus piernas con tus firmes dedos.
No necesitas ser modista para coser sin hilos tu mirada a su ropa interior,
ni ser cocinero para conocer que no existe mejor postre que su cuerpo.

No necesitas ser periodista para hacer la crónica de cada encuentro en un lavabo,
Tampoco ser médico para saber las dosis de ron recomendada entre comidas.
No necesitas ser piloto de rally para derrapar en su cintura a más de cien por hora,
ni necesitas ser contable para calcular el número de pecas hay en sus mejillas.

No necesitas ser arqueólogo para descubrir tesoros nuevos viajando por sus manos,
ni mucho menos ingeniero para optimizar el tiempo de encuentros a solas entre semana.
No necesitas ser bailarín para danzar con sus caderas al son de un somier oxidado,
ni ser guionista para escribir la trama del mejor cine de autor sobre su cama.

No necesitas ser fotógrafo para capturar los amaneceres retocados por su mirada,
ni necesitas ser taxista para llegar hasta su boca siguiendo la carrera de sus medias.
No necesitas ser florista para incovar la primavera desde los pliegues de su falda,
y aún menos ser juez para reconocer la injusticia que guarda una cruel despedida.

No necesitas ser traductor para entender que hay "nuncas" que terminan en "siempres",
ni ser maestro para enseñarle que no hay mayor lección que la que te la vida.
Tampoco ser alumno para volver a aprender lo que en una 'primera vez' se siente.

No necesitas nada de eso.

Sólo necesitas ser tú mismo, entre la necesidad absurda del resto de la gente.

sábado, 11 de julio de 2015

Puertos

Si la historia va de puertos,
me quedo abrazando las rocas de este muelle.
Porque no entiende de viajes,
de soledad, amor, ni de vaivenes.

Si la historia va de millas,
me quedo al desembarco de una nueva musa.
Porque no hay mayor distancia entre la sal de dos orillas
que un océano de excusas.

Me quedo con las alas puestas,
con la mañana fría a cuestas,
con el color de despedida en la paleta.

Me quedo con tu espuma negra,
sacrificando esta quimera,
que se ha cansado de tejer su enredadera.

Si la historia va de puertos,
me quedo soportando el temporal de tu partida.
Porque no hay vela que aguante
tus inseguridades vestidas de gota fría.

lunes, 6 de julio de 2015

23 grados

Llamo verano a todo aquello que consigues encenderme con los dedos.
Otoño, a la que caída marchitada de tu ropa, a los pies de mi ventana.
Llamo invierno al intervalo entre tu adiós y su reencuentro.
Y primavera al verde de tus ojos, floreciendo entre mis sábanas...

sábado, 4 de julio de 2015

Microcuento ilustrado

Perdonadme, pero decir que hoy es un día especial es quedarse corto. Hoy es uno de esos días, en los que se te llena el cuerpo de alegría al ver que una parte de tí se refleja en unas líneas, en una idea, en una ilusión conjunta que toma cuerpo y es compartida con el resto. Esta tarde, será presentado el fanzine de VaDeCuentos.com y en él aparecerá un texto mío, un microcuento generosamente ilustrado por mi compañera de viaje en esta pequeña locura, Calle. Sobran las palabras al ver su trabajo, tan mimado y bello, a la vez.
Tener tanto y a tantos que agradecer sólo demuestra que eres el ser más afortunado del planeta. Espero que cada uno de mis 'gracias' lleguen a cada persona que colabora y forma parte de esta gran alegría. Un abrazo enorme y feliz fin de semana para todos.



Ilustrado por Calle

miércoles, 1 de julio de 2015

Y apareciste

Ya ha empezado.
Detrás de la frente un recuerdo vago.
El anexo de un te quiero improvisado,
que se escribe en la corteza de unos labios.

Y he esperado.
En la cola de un concierto de fracasos.
En el cine de tus ojos empapados,
por la lluvia de un verano que ha acabado.

Y apareciste,
vistiendo primavera en las raíces de tu pecho.
Cazando atardeceres escondidos al acecho.
Bajándome la luna que pintamos en el techo.

Y apareciste,
cantando las canciones que te hacía sin saberte.
Haciendo las maletas para un viaje hacia la suerte.
Regálame esta noche, corre, salta y no me sueltes.