miércoles, 30 de diciembre de 2015

A ti te debo

A ti te debo...


¿El qué? te preguntarás.

Mientras empiezas a construir
esa puta media sonrisa en la cara.

Pues empieza a desmontarla, que ya no cuela.


A ti te debo el sabor a tabaco
de la última vez que otros labios me besaron.

Te debo el aprender a gritar en silencio
desde el acantilado de un mar de bochorno e impotencia.

Te debo las veces que mentí,
fingiendo que vivía una realidad que creía paralela.

Te debo el temor a la verdad,
el pánico al quizás y la alergia al puede ser.

Te debo las veces que manché el suelo
con las huellas de mi peor versión.
Esa, con la que sólo compartíamos el nombre.

Un nombre que guardaba mucho de ser,
pero cada vez menos de hombre.

Te debo las calles vacías,
el alivio de encontrar paz entre el agobio de la gente.

Te debo los tragos amargos de cerveza,
el mirarme al espejo y conformarme con una sombra.
La que sea.

Te debo la sal, que cada mes de diciembre
vuelve a escocer -aunque ahora menos-.

Te debo tu locura guardada en una caja
donde he escrito "No abrir, ni en caso de emergencia".

Te debo el educarme a querer(me) como no debía hacerlo.


Te debo tantas cosas, que al final
saldo mi deuda con estos versos.

martes, 15 de diciembre de 2015

Lo noto

Me despierto.

Te veo a mi lado.

Y sin esperar al reinicio de mi cuerpo
me pellizco el brazo.

Lo noto,
me duele,
sonrío...

Y es entonces cuando, por fin, puedo descansar...